miércoles, 16 de julio de 2014

Cronica del campeon de España 1/8 PG 2014, Sergio Montesinos.


Vigo, V, de Victoria. Hace mucho tiempo, casi en otra galaxia, fuimos campeones, en nuestro segundo año en la competición, después de tantos años volvemos casi al principio. Ha sido un camino lleno de emociones, malos y buenos días, de compañerismo, de piques, de amistad, de muchos kilómetros, de podiums, de varios subcampeonatos, de otros campeonatos, en definitiva, en parte de mi vida. Y lo mejor de este campeonato es poder disfrutarlo con mi familia y con toda la gente que nos aprecia y saben que los Montesinos aprecian. ¡Pero vayamos al lío! El fin de semana empezaba bien, no en muchas ocasiones puedes venir a Vigo y no tener que echar un vistazo al cielo o mirar la predicción del tiempo. Sol, sol y sol. Como viene siendo habitual la pista está en un estado muy bueno, enseguida hay agarre. Los primeros tanques los dedicamos a poner a punto el motor, bajando la cámara, comparando los reglajes del año pasado y probando carrocerías en busca del mejor compromiso en pista. En esta primera jornada destacan Joaquín Signes, un buen punto de referencia, y Víctor González. Detrás estábamos un buen grupo de pilotos, a los habituales, se unían unos cuantos locales que daban empuje para no dormirse en los laureles y buscar arañar más décimas. Sábado, con media jornada más dedicada a entrenamientos controlados, pudimos volcarnos en afinar reglajes y solventar algunas dudas. Después del almuerzo comienza lo serio. Desde un principio solo hay un piloto en pista, Víctor González, rápido y regular, nadie se acerca a él. Analizando el comportamiento de su máquina en pista decidimos cambiar los reglajes, en la cuarta manga ya estamos a su ritmo, al igual que Carlos Peracho que era pole provisional. Todo se juega en medio segundo. La definitiva manga iba a ser una lucha cuerpo a cuerpo, cuatro pilotos marcábamos el ritmo, en la cuarta vuelta cuando liderabamos, 18.5, 18.5, 18.8, rocé el piano de la segunda curva después de la recta de boxes, perdiendo el tren delantero, perdiendo cuatro segundos valiosos. Decidí entrar en boxes y pensar ya en el domingo. El domingo comenzó siendo una jornada extraña, las semis fueron una criba importante, Carlos Peracho, Joaquín Signes y Víctor González se quedaron fuera de la final. Nuestra semi no fue muy complicada, Alonso estaba siendo el más rápido y problemas con el carburador le alejaron de ganar la semi, aunque entró en la final. Era momento de controlar la carrera y vigilar a los pilotos que iban a menos repostajes. Trabajo hecho y pole para la final. Llego la hora, mejor dicho los 45 minutos. En pista y en boxes la táctica fue conservadora, pecamos en los reglajes, porque la máquina en los pasos por curva era lenta y perezosa, lo que explica que la vuelta rápida fuera medio segundo más lenta que en las semis. Los primeros compases fueron de tirar y tirar, la presión local se hacía sentir, sobretodo la de Adrián Santeiro, su alargada sombra mantenía una corta distancia con mi alerón. Por detrás una mancha roja se acercaba, Nacho López se acercaba irremediablemente, en pista poco pude hacer para pararle los pies, en poco tiempo me adelanto. La rotura de Nacho López, una cruz para él en todo el fin de semana, se convirtió en el punto de inflexión para cambiar la estrategia a un punto más conservador, el campeonato se ponía a tiro. El buen trabajo en boxes, de todo el fin de semana, de muchos años se puso en juego y como siempre dio sus frutos, de nuevo aupado al primer puesto. Era tiempo de rodar, de ver como pasaban las vueltas, de esperar el banderazo final, de apartar de la mente pensamiento de futuro y recuerdos del pasado, lo importante era llegar a meta el primero. Primero y primero del campeonato, no se puede pedir más. Agradecer la pasión y el esfuerzo de Iñaki y de mis padres, también a toda la gente que con su amistad demuestra que las carreras son más que competir. ¡Nos vemos en Carsol, un gran escenario para cerrar la temporada!

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